martes, 22 de febrero de 2011

MASONERÍA - REFLEXIONES E INTERPRETACIONES

MASONERÍA:
Reflexiones e Interpretaciones

Extraído de los Libros de Alice A. Bailey y el Maestro Tibetano, Djwhal Khul


Índice:

Capítulo I:            La Iniciación

Capítulo II:           En Busca de la Palabra Perdida

Capítulo III:          Los Rayos y la Masonería

Capítulo IV:          Astrología y Masonería

Capítulo V:           La Noche de los Tiempos

Capítulo VI:          Los Proscriptos

Capítulo VII:        El Trabajo a Realizar

Capítulo VIII:       La Enseñanza Masónica

Capítulo IX:         El Centro Magnético Masónico

Libros de Referencia

LIBROS DE REFERENCIA


1                      Iniciación Humana y Solar                                           1986               

2                      Cartas sobre Meditación Ocultista                               1977   

3                      Tratado sobre Fuego Cósmico                        1983

4                      Tratado sobre Magia Blanca                                       1985

5                      Discipulado en la Nueva Era – Tomo I            1980

6                      Discipulado en la Nueva Era – Tomo II                       1974

7                      Los Problemas de la Humanidad                                 1980

8                      La Reaparición de Cristo                                             1976

9                      El Destino de las Naciones                                          1979

10                    Espejismo (Glamour): Un Problema Mundial    1977

11                    Telepatía y el Vehículo Etérico                         1982

12                    La Educación en la Nueva Era                         1974

13                    La Exteriorización de la Jerarquía                                1968


                        TRATADO SOBRE LOS SIETE RAYOS

14                    Tomo I: Sicología Esotérica                                         1980   

15                    Tomo II: Sicología Esotérica                                        1974

16                    Tomo III: Astrología Esotérica                         1982

17                    Tomo IV: La Curación Esotérica                                 1978

18                    Tomo V: Los Rayos y las Iniciaciones              1981


                        LIBROS DE ALICE A. BAILEY

19                    La Conciencia del Átomo                                            1977

20                    El Alma y su Mecanismo                                             1977

21                    Del Intelecto a la Intuición                                           1976
22                    De Belén al Calvario                                                   1980

23                    La Luz del Alma                                                          1982

24                    Autobiografía Inconclusa                                             1980

25                    Los Trabajos de Hércules                                           1993




Ejemplo de referencias: La referencia numérica que figura al término de una cita, por ejemplo (12‑135/6), es tomada del libro La Educación en la Nueva Era (12), comenzando en la pág. 135 y continuando hasta la pág. 136

Comentarios

Comentarios  sobre la recopilación 
  
El tema de la Masonería, siempre ha cautivado a los lectores-buscadores y en los libros de Alice A. Bailey, se encuentran numerosas referencias que dan Luz sobre el tema y alientan a seguir indagando.


La Masonería es una institución filantrópica, iniciática, fraternal, progresista, apolítica, filosófica, universalista, no dogmática, esotérica, exotérica, ecléctica y a-religiosa. El trabajo masónico está dedicado a la búsqueda de la verdad, el estudio de la moral universal, de las ciencias y de las artes; impulsa a desarrollar  en el corazón humano la caridad, los deberes de la familia, la solidaridad, la concordia; procura el bienestar social por el trabajo y la filantropía; y a través del ritual apunta a que se adopten nuevas actitudes de amor fraternal, expresado hacia todos los seres vivos, tolerancia hacia todas las ideas e ideales que se condigan con el bien, la libertad y la paz. Su objetivo es la perfección del ser humano y se solicita la creencia en un ser superior, llámesele Dios, Naturaleza, el Uno, G.·. A.·. D.·. U.·. etc. Tiene como condición distintiva para su ingreso, pasar por la prueba iniciática; y su divisa es Libertad, Igualdad, Fraternidad.

Alice A. Bailey conocía esto y muchísimo más, no sólo porque Foster Bailey fue  H.·. M.·. sino porque su propio conocimiento la distinguía como una erudita en la temática simbólica y filosófica de la Masonería.

El legado de Alice A. Bailey, reconocido por millones de personas de Buena Voluntad en todo el mundo, debe ser estudiado, reflexionado y meditado, para descubrir la grandeza de esta enseñanza. 

Existen ciertos prejuicios que llevan, a quienes no pertenecen a la masonería, a mirarla con recelo; sólo la investigación seria y conciente, conducirá al interesado en esta Augusta Institución, a comprender sus fundamentos, objetivos y milenarios postulados, y a acercarse un poco más a los múltiples saberes que ella custodia desde eones de tiempos.

Alice A. Bailey, a través del Maestro Djwhal Khul, nos hace reflexionar y meditar sobre los principios masónicos, los rituales y los orígenes mismos de la Masonería, que, aparentemente, se habrían perdido en la noche de los tiempos.

Que este pequeño aporte sirva para aclarar dudas, disipar antipatías y hermanar a todos/as los/as estudiantes y HH.·. de todos los grados y de todas las corrientes, logias, órdenes, obediencias y escuelas esotéricas que bregan por la Luz, el Amor y la Fraternidad universales.

Una H.·. M.·.
Vall.·. de Rosario, 1 de Julio de 2009

La Gran Invocación


La Gran Invocación


Desde el punto de Luz en la Mente de Dios,
Que afluya luz a las mentes de los hombres,
Que la Luz descienda a la Tierra.

Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios,
Que afluya amor a los corazones de los hombres,
Que Cristo retorne a la Tierra

Desde el centro donde la voluntad de Dios es conocida,
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres,
El propósito que los Maestros conocen y sirven.

Desde el centro que llamamos la raza de los hombres,
Que se realice el Plan de Amor y de Luz,
Y selle la puerta donde se halla el mal.

Que la Luz, el Amor y el Poder, restablezcan el Plan en la Tierra.

Esta Invocación no es propiedad de ningún individuo o grupo especial. Pertenece a la humanidad. La belleza y la fuerza de esta Invocación reside en su sencillez y en que expresa ciertas verdades esenciales que todos los seres humanos aceptan innata y normalmente: la verdad de la existencia de una Inteligencia básica a la que vagamente damos el nombre de Dios; la verdad de que detrás de las apariencias externas, el Amor es el poder motivador del Universo; la verdad de que vino a la tierra una gran Individualidad llamada Cristo por los cristianos, que encarnó ese Amor para que pudiéramos comprenderlo; la verdad de que el Amor y la Inteligencia son consecuencia de la Voluntad de Dios, y finalmente de que el Plan Divino sólo puede desarrollarse a través de la humanidad misma
Alice A. Bailey

Resumen de una declaración hecha por el Tibetano

Resumen de una declaración hecha por el Tibetano publicada en agosto de 1934



Solamente diré que soy un discípulo tibetano de cierto grado; esto puede significar muy poco para ustedes, porque todos son discípulos, desde el aspirante más humilde hasta más allá del Cristo Mismo. Tengo cuerpo físico lo mismo que todos los hombres; resido en los confines del Tíbet, y a veces (desde el punto de vista exotérico), cuando me lo permiten mis obligaciones, presido un grupo numeroso de Lamas tibetanos. A esto se debe la difusión de que soy un abad de ese Monasterio Lamásico. Aquellos que están asociados conmigo en el trabajo de la Jerarquía (todos los verdaderos discípulos están unidos en este trabajo), me conocen también con otro nombre y cargo. A.A.B. conoce dos de mis nombres.

Soy un hermano que ha andado un poco más por el sendero y, por consiguiente, tengo más responsabilidades que el estudiante común. He luchado y he abierto un camino hacia la luz y logré mayor cantidad de luz que el aspirante común que leerá este artículo, por lo tanto, tengo que actuar como transmisor de luz, cueste lo que costare. No soy un hombre viejo con respecto a lo que la edad puede significar en un instructor, y tampoco soy joven e inexperto. Mi trabajo consiste en enseñar y difundir el conocimiento de la Sabiduría Eterna donde quiera que encuentre respuesta, y esto lo he estado haciendo durante muchos años. Trato también de ayudar a los Maestros M. y K.H. en todo momento, porque estoy relacionado con Ellos y Su trabajo. Lo expuesto hasta aquí encierra mucho, pero tampoco les digo nada que pueda inducirles a ofrecerme esa ciega obediencia y tonta devoción que el aspirante emocional brinda al Gurú o Maestro, con el cual aún no está en condiciones de tomar contacto, ni puede lograrlo hasta tanto no haya trasmutado la devoción emocional en desinteresado servicio a la humanidad, no al Maestro.

No espero que sean aceptados los libros que he escrito. Pueden o no ser exactos, correctos y útiles. El lector puede comprobar su verdad mediante la práctica y el ejercicio de la intuición. Ni A.A.B. ni yo, tenemos interés en que se los considere como que han sido inspirados, tampoco que se diga misteriosamente que son el trabajo de uno de los Maestros.

Si estos libros presentan la verdad de tal manera que pueda considerarse como la continuación de las enseñanzas impartidas en el mundo, y si la instrucción suministrada eleva la aspiración y la voluntad de servir desde el plano de las emociones al plano mental (el plano donde se encuentran los maestros), entonces estos libros habrán cumplido con su propósito. Si la enseñanza impartida encuentra eco en la mente iluminada del trabajador mundial, y si despierta su intuición, entonces acéptense tales enseñanzas.

Si estas afirmaciones son comprobadas oportunamente y consideradas como verdaderas bajo la prueba de la Ley de Correspondencia, muy bien, pero si esto no es así, no se acepte lo expuesto.

Capítulo I - La Iniciación

Capítulo I

LA INICIACIÓN

El tema de la iniciación se está generalizando cada vez más entre el público. No pasarán muchos siglos sin que se restauren los antiguos misterios y la iglesia posea un grupo interno; en la iglesia del futuro, cuyo núcleo interno se está formando, la primera iniciación será exotérica, vale decir, que la primera iniciación constituirá antes de mucho tiempo, la ceremonia más sagrada de la iglesia y será celebrada en forma exotérica, por ser uno de los misterios revelados en determinados períodos, y a ella asistirán quienes estén implicados. También ocupará un lugar similar en el ritual de los masones. En esta ceremonia, quienes estén preparados para la primera iniciación, serán admitidos públicamente en la Logia por uno de sus miembros, autorizado para ello por el gran Hierofante Mismo.
(1 – 23)

SIGNIFICADO DEL PROCESO INICIÁTICO

Antes de proseguir con el siguiente punto, respecto a la fusión de la conciencia del Maestro con la de Su discípulo, quisiera referirme al significado de las palabras que acentué anteriormente, “el proceso iniciático". He considerado extensamente el tema de la iniciación en muchos de mis libros, y me he esforzado por presentarlo en forma tal, de evidenciar que encaja en el proceso evolutivo como un procedimiento normal e inevitable. La iniciación ha sido frecuentemente presentada como una ceremonia, y he creído necesario contrarrestar fervientemente ese significado erróneo. Sin embargo, si quieren captar lo que tengo que decir, tendrán que recurrir a la compresión iluminada que posean.

La iniciación es considerada una ceremonia cuando llega a un punto culminante en el proceso iniciático donde la conciencia del discípulo es dramáticamente consciente de los miembros de la Jerarquía y de su propia posición, en relación con la misma. El discípulo hace de esta comprensión un símbolo -sucesivamente y en creciente gran escala- como si fuera una gran ceremonia rítmica de revelación progresiva, en la cual él, como candidato, es el centro del escenario jerárquico. Esto definidamente es así (desde el ángulo ceremonial) en las primeras dos iniciaciones y en relación con el Cristo como Iniciador. Después de la tercera iniciación, el ángulo del ceremonial va desapareciendo en su conciencia, porque las iniciaciones superiores no son registradas por la mente (con su capacidad para reducir el conocimiento a una forma simbólica) y trasmitidas al cerebro, sino que llegan al cerebro y allí son registradas por medio del antakarana; los resultados de la experiencia de expansión son de naturaleza tan definida que no pueden ser reducidos a símbolos o a acontecimientos simbólicos; son amorfos y permanecen en la conciencia superior.

No quiero significar que las enseñanzas dadas en el pasado por los distintos grupos ocultistas, o en mi libro Iniciación Humana y Solar, son incorrectas y no relatan con exactitud lo que el candidato cree que tuvo lugar. Trato de explicar que el aspecto ceremonial se debe a la capacidad del discípulo para construir formas mentales, y (lo que es de mayor importancia), constituye su contribución a la futura exteriorización de las primeras etapas del proceso iniciático. Cuando un adecuado número de discípulos consiga relacionar la Tríada espiritual con la personalidad fusionada con el alma y ocultamente "precipite" las energías de la mónada por intermedio del antakarana, entonces la primera y segunda iniciaciones pueden ser "ceremoniosamente" efectuadas en la Tierra.

Las iniciaciones superiores no pueden ser presentadas así, lo serán en el plano mental por medio de símbolos y no por detallados acontecimientos ceremoniales. Tal presentación simbólica tendrá validez para la tercera, cuarta y quinta iniciaciones. Cuando hayan tenido lugar estas cinco grandes expansiones, las iniciaciones ya no serán registradas como ceremoniales efectivos en la Tierra o como visualizaciones simbólicas en el plano mental. Resulta difícil encontrar una palabra o frase que pueda expresar lo que ocurre; lo que más se acerca a la verdad es la "existencia de la iluminación por medio de la revelación". A este respecto, observarán que a la quinta iniciación se le da el nombre de Revelación. Por lo tanto, tenemos una secuencia de las consecuencias o resultados de la realización espiritual y es:

1. Ceremonial efectivo, basado en la exteriorización.

Primera iniciación - El Nacimiento.
Segunda iniciación - El Bautismo.

2 Representación simbólica, basada en la visualización espiritual.

Tercera iniciación - La Transfiguración.
Cuarta iniciación - La Renunciación.
Quinta iniciación - La Revelación.

3. Iluminación por medio de la Revelación, basada en la Luz viviente.

Sexta iniciación - La Decisión.
Séptima iniciación - La Resurrección.
Octava iniciación- La Transición.
Novena iniciación- La Negación.

Será evidente que estas tres tentativas de definir el proceso de la iniciación presentan sólo el aspecto externo de la forma; cada iniciación tiene tres aspectos, como lo tiene todo lo que existe en la naturaleza, pues la iniciación es un proceso natural. Tenemos ante todo su aspecto forma; luego su aspecto alma o conciencia, y finalmente su aspecto vida.

En el aspecto forma culmina la experiencia y se presenta a la comprensión del discípulo el proceso iniciático; el aspecto conciencia indica en forma misteriosa el grado de expansión cuando el discípulo ha pasado por el proceso; el aspecto vida permite el contacto extraplanetario, indicando así un posible futuro y los eventuales procesos de identificación. Podría agregarse que el ceremonial efectivo admite al discípulo en pleno compañerismo con la Jerarquía; la representación simbólica indica al discípulo el Camino a Shamballa, y la revelación iluminada presenta al iniciado el puente entre nuestro plano físico cósmico y los mundos internos subjetivos y cósmicos; esta entrada en el puente (hablo en símbolos) revela la existencia del Antakarana cósmico, creado por el Señor del Mundo y Su Grupo de Ejecutivos.

Esta información relativa al proceso iniciático es de naturaleza coordinadora y sólo de utilidad para ustedes a este respecto. La síntesis solar subyacente demuestra ser la plataforma fundamental dada en Tratado sobre Fuego Cósmico. Fuera de esa implicación, la información no tendrá ninguna utilidad. Sin embargo, permitirá comenzar a desarrollar el sentido esotérico de síntesis.

Estos tres grados de apreciación o comprensión del proceso iniciático están insinuados en el trabajo masónico. El aspecto ceremonial puede relacionarse con el grado de Aprendiz Aceptado, el grado de Compañero, más ciertos grados poco practicados, como por ejemplo el grado de Masón de la Marca y uno o dos más, siendo expansiones de la enseñanza implicada. Las iniciaciones comprendidas por el término representación simbólica, encuentran su primera insinuación en el sublime tercer grado, el del Maestro Masón, en la Santa Arca Real y en uno o dos grados sucesivos; los grados superiores del Rito Escocés constituyen una tentativa vaga y nebulosa por mantener ante los masones del mundo esas expansiones de conciencia y crecimiento en la luz, experimentadas en las restantes iniciaciones superiores -las sometidas al proceso llamado de iluminación por medio de la revelación.

El trabajo masónico es una tentativa antigua y laudable de conservar, en forma germinal, la verdad espiritual respecto a la iniciación. A pesar de la distorsión, de la pérdida de algunos antiguos jalones y de la deplorable cristalización, la verdad está ahí, y en fecha posterior (en la primera parte del próximo siglo) un grupo de masones iluminados reordenará los rituales y adaptará las actuales formas y fórmulas de tal manera, que las posibilidades espirituales, simbólicamente señaladas, emergerán con mayor claridad y más profunda potencia espiritual; la forma venidera de la masonería en la nueva era descansará necesariamente sobre la base de una cristiandad recientemente interpretada e iluminada, sin tener relación alguna con la teología, y será de naturaleza universal. Su forma actual, que se apoya sobre una base judía, que data de casi cinco mil años, debe desaparecer. Esto tendrá lugar, no por ser judía, sino porque es antigua y reaccionaria y no ha seguido el paso evolutivo del sol por el zodíaco. Este paso debe simbolizar, y en efecto simboliza, la evolución humana, y así como la vuelta al pecado de los hijos de Israel en el desierto, constituyó su retorno a una dispensación y un ritual religioso caduco y desaparecido (la religión de los pueblos en la era de Tauro, el Toro, simbolizada por su caída y adoración al becerro de oro), también la masonería moderna está actualmente en camino de hacer lo mismo y las antiguas costumbres y formas, consistentes y correctas en la dispensación judía, han caducado y deben ser abrogadas. Lo mismo puede decirse de la raza judía que, al rechazar al Cristo como el Mesías, ha permanecido, metafórica y prácticamente, en el signo de Aries, el Carnero o la Víctima Propiciatoria; ahora debe entrar en el signo (hablando también simbólicamente) de Piscis, los Peces, y reconocer a su Mesías cuando vuelva en el signo de Acuario. De lo contrario, repetirán el antiguo pecado de no responder al proceso evolutivo.
(18 – 436 / 439)

III. La Revelación de los Misterios de la Iniciación.

Gran parte de lo que se expone en estas páginas concierne, en realidad, a la aparición del Reino de Dios aparición que ahora puede tener lugar, debido a tres factores:
1. Al acrecentamiento de ese Reino en la Tierra, con sus miles de personas que aceptan sus leyes y se esfuerzan por vivir de acuerdo a sus reglas y espíritu.
2. Al hecho de que los signos de la época y la imperante necesidad de la humanidad han evocado al Cristo, y Él ha decidido reaparecer.
3. A la demanda invocadora de la humanidad que asciende continuamente hasta "el Lugar Secreto del Altísimo", y que la Jerarquía proyecta aparecer conjuntamente con el Cristo y restablecer la Ley del Espíritu sobre la Tierra. El momento de restablecer los antiguos Misterios ha llegado.

Estos hechos se han divulgado ampliamente durante los últimos dos años, como resultado de la depuración llevada a cabo en el mundo por la guerra mundial (1914 1945), y del sufrimiento a que fue sometida la humanidad (cuyo efecto igualmente purificador y poderoso, se manifestará posteriormente). Entonces será posible que la Jerarquía, la Iglesia del Cristo hasta ahora invisible, se exteriorice y actúe abiertamente en el plano físico. Esto significa retornar a la situación que existía en la época atlante cuando empleando la simbología bíblica (Gn. 2,3) Dios Mismo caminó entre los hombres y habló con ellos, pues no existían barreras entre el reino de los hombres y el Reino de Dios. La divinidad estaba entonces presente en forma física, y los Miembros de la Jerarquía espiritual guiaban y dirigían abiertamente los asuntos de la humanidad, hasta donde lo permitía la innata libertad del hombre. Hoy, y en un futuro inmediato, esto volverá a ocurrir en una vuelta más alta de la espiral de la vida. Los Maestros caminarán abiertamente entre los hombres y Cristo reaparecerá físicamente. También se restaurarán los antiguos Misterios; serán nuevamente reconocidos los antiguos jalones que la Masonería ha preservado con tanto empeño y conservado hasta ahora en los rituales masónicos, esperando el día de la restauración y de la resurrección.

Estos antiguos Misterios fueron originalmente dados a la humanidad por la Jerarquía y contienen la clave del proceso evolutivo, oculto en los números, rituales, palabras y símbolos, que velan el enigma del destino y origen del hombre, presentándole, por medio del rito y del ritual, el largo sendero que deben hollar para retornar a la luz, proporcionando además (cuando se los interpreta y representa correctamente) la enseñanza que la humanidad necesita para poder pasar de la oscuridad a la Luz, de lo irreal a lo Real y de la muerte a la Inmortalidad. El verdadero masón que comprende, aunque sea en pequeña medida, la significación de los tres grados de la Logia Azul y lo que implica su participación, reconocerá las tres frases mencionadas y la significación, de los tres grados. Las menciono con fines masónicos, pues tiene íntima relación con la restauración de los Misterios que han contenido, en el transcurso de las épocas, la clave de la tan largamente esperada restauración de la estructura que fundamentará la necesaria enseñanza y expondrá la historia del progreso del hombre en el Sendero de Retorno (cuando se libere de las nomenclaturas y nombres judíos, ya caducos, si bien correctos hasta hace tres mil años).

Tales son los Misterios que restablecerá el Cristo cuando reaparezca, revivificando en forma nueva a las iglesias y restaurando el Misterio oculto que ellas han perdido hace mucho tiempo, debido a su materialismo. La Masonería también, ha perdido la verdadera vivencia que poseía en un tiempo pero, tanto en sus formas como en su ritual, la verdad ha sido conservada y podrá ser recuperada, y esto lo hará el Cristo. Además hará revivir dichos Misterios de varias maneras; no todos acudirán a la Iglesia o a la Masonería para revitalizar su vida espiritual. Los verdaderos Misterios se revelarán a sí mismos por medio de la ciencia, y el Cristo proporcionará el incentivo para su búsqueda. Los Misterios contienen en sus fórmulas y enseñanzas, la clave para la ciencia que develará el misterio de la electricidad la más grande ciencia espiritual y esfera de conocimiento divino en el mundo, cuyos contornos apenas ahora han sido tocados. Únicamente cuando la Jerarquía esté visiblemente presente en la Tierra, y le sean develados al mundo los Misterios, de los cuales los discípulos de Cristo son custodio, se revelará el verdadero secreto y la naturaleza de los fenómenos eléctricos.

En último análisis los Misterios constituyen la verdadera fuente de revelación; esto sólo podrá ser captado sin peligro, en toda su amplitud, cuando la mente y la voluntad al bien estén estrechamente unidas y fusionadas y condicionen la conducta humana. Existen energías y fuerzas planetarias que los hombres no han controlado ni podrán controlar; nada saben de ellas y sin embargo la vida del planeta depende de las mismas, estando íntimamente relacionadas con los menospreciados poderes síquicos (tan estúpidamente encarados hoy e ignorantemente empleados). Sin embargo dichos poderes cuando estén correctamente determinados y sean utilizados - serán de gran utilidad para las ciencias que los Misterios revelarán.

El Misterio de las Edades está en vísperas de ser revelado con la reaparición de Cristo. Mediante la revelación del alma ese Misterio (velado en el conocimiento del alma) será revelado. Las Escrituras siempre han profetizado que al fin de la Era veremos revelado lo que está secreto, y surgiría a la luz del día lo que hasta ahora ha permanecido oculto. Como sabemos, el presente ciclo señala el fin de la Era de Piscis. Los próximos doscientos años verán la abolición de la muerte, o más bien de nuestros equivocados conceptos acerca de ella, y el firme establecimiento de la realidad de la existencia del alma. El alma será conocida entonces como una entidad y un impulso propulsor, y además una fuerza espiritual que está detrás de todas las formas manifestadas. El trabajo de Cristo de hace dos mil años consistió en proclamar grandes posibilidades y la existencia de grandes poderes. Cuando Él reaparezca Su tarea tendrá por objeto probar la realidad de estas posibilidades y revelar la verdadera naturaleza y potencia del hombre. Su afirmación de que todos somos hijos de Dios y tenemos un Padre propio, universal, no será considerada una hermosa afirmación mística y simbólica, en un futuro inmediato, sino una enunciación científica comprobada. Nuestra hermandad universal e inmortalidad esencial serán reconocidas como realidades de la naturaleza.

Hoy se está preparando el terreno para la magna restauración que Cristo efectuará. Las religiones mundiales, incluyendo la cristiana y la masónica, están siendo juzgadas por la mente censuradora de la humanidad; se ha proclamado casi unánimemente que ambas han fracasado en la tarea asignada por la divinidad. Se comprende en todas partes que debe afluir una vida nueva, y esto implicará nueva visión y una nueva manera de encarar las condiciones de la vida; sólo Cristo puede enseñarnos y ayudarnos a lograrlo. Según reza una antigua Escritura:

"Lo que ha sido un misterio dejará de serlo y aquello que ha estado oculto será ahora revelado; lo que ha estado velado surgirá a la luz y engrandecerá esa luz, y todos los hombres verán y se regocijarán. Llegará el momento en que la destrucción habrá realizado su trabajo benéfico; entonces los hombres, por el sufrimiento, buscarán aquello que han desechado. En vana persecución han buscado lo que tenían a mano y era fácil de obtener. Cuando lo poseyeron se comprobó que era un agente de la muerte. Sin embargo, buscaron siempre la vida y no la muerte".
Y el Cristo les traerá vida, y vida abundante.

Mucho se habla hoy acerca de los misterios de la iniciación. En todos los países proliferan los falsos instructores que enseñan los seudos misterios, ofreciendo espúreas iniciaciones (generalmente pagadas y con diploma), desorientando así a la gente. Cristo dijo que existiría tal estado de cosas antes de Su venida y que en todas partes los falsos y los espúreos se proclamarían a sí mismos. Esto no es más que la evidencia de Su venida. La falsificación siempre garantiza lo genuino. Las palabras, discusiones y pretensiones absurdas, el seudo ocultismo y los esfuerzos fútiles para "recibir una iniciación" (frase ambigua que los ignorantes instructores teosóficos han acuñado para expresar una profunda experiencia espiritual), caracterizaron la enseñanza esotérica desde su moderna aparición en 1875. Entonces H. P. Blavatsky presentó al mundo occidental la realidad de que había en la Tierra grandes discípulos y Maestros de Sabiduría, que obedecían al Cristo. Más tarde se arrepintió profundamente de haberlo dicho, según lo confiesan algunos de sus escritos dirigidos a su Sección Esotérica. Sin embargo, lo que hizo formaba parte del gran Plan y no fue un error. El error consistió en las interpretaciones y reacciones violentas de los teósofos de esa época, error que aún no han reconocido. Esta estúpida reacción fue ayudada y respaldada por la naturaleza investigadora de la humanidad, como también por la aspiración que eso trajo a la par. Los hombres crédulos y los comerciantes ambiciosos explotaron el tema y aún siguen haciéndolo.

No obstante, el efecto final de estas estupideces y errores de presentación, ha sido bueno. En todos los países existen actualmente hombres que son conscientes de la existencia de los Maestros y de la posibilidad y oportunidad ofrecidas para un progreso espiritual científico, que los convertirá en miembros del Reino de Dios. Las Iglesias ignoraban esto y consideraban a la ciencia, especialmente en la era victoriana, como un archienemigo.

Esta profusa información sobre los misterios de la iniciación - parte de ella indica una verdad oculta, otra es el producto de la aspiración imaginativa y el resto instigada por fines comerciales ha preparado definidamente a la humanidad para las enseñanzas que se cree impartirá el Cristo cuando esté nuevamente entre nosotros, en Presencia física.
Aunque no quiera el cristiano ortodoxo admitirlo, todo el Evangelio, en sus cuatro formas o presentaciones, casi no contiene otra cosa que detalles simbólicos acerca de los Misterios, que son (en lo que a la humanidad concierne) cinco en total. Estos Misterios indican, en realidad, cinco puntos importantes en la historia espiritual de un aspirante; también señalan cinco etapas importantes en el progreso de la conciencia humana. En alguna etapa de la era acuariana este progreso será claro y definido en forma aún incomprendida. La humanidad, el discípulo mundial (por medio de los diferentes grupos que se hallan en distintos grados de desarrollo) penetrará, durante los próximos dos mil años, en nuevos estados de percepción y en nuevos reinos o esferas mentales y espirituales de conciencia.

Cada era ha dejado el reflejo de un quíntuple desarrollo moderno. Hablando astronómicamente, han pasado cuatro eras: Géminis, Tauro, Aries y Piscis. Actualmente Acuario, la quinta, está entrando en el poder. En Géminis, el simbólico signo de los dos pilares, puso su sello sobre la fraternidad masónica de aquel entonces, y los dos pilares, Jackin y Boaz, aplicándoles nombres judíos que ciertamente no son los reales, vinieron a la existencia hace aproximadamente ocho mil años. Después le siguió Tauro, el toro, época en que Mithra vino como Instructor del mundo e instituyó los misterios de los Mithra, con la aparente adoración al toro. Luego siguió Aries, el carnero, que vio el comienzo de la dispensación judía, tan importante para los judíos y desafortu¬nadamente también para la religión cristiana, pero sin importancia para los innumerables seres humanos de otras partes del mundo; durante este cielo vinieron el Buddha, Shri Krishna y Sankaracharya; finalmente tenemos la Era de Piscis, los peces, que nos trajo al Cristo. La secuencia de los Misterios personificados en cada uno de los signos del zodíaco, será esclarecido por el Cristo, pues la conciencia colectiva actual exige algo más definido y realmente espiritual que la astrología moderna, o el seudo ocultismo, tan ampliamente difundido.

En la era que tenemos por delante, después de la reaparición de Cristo, cientos de miles de personas experimentarán algunas de las grandes expansiones de conciencia, pero se reflejará en las masas como renunciación (aunque esto no significa de ningún modo que las masas recibirán la cuarta iniciación), ellas renunciarán a las normas materialistas que hoy dominan en todos los estratos de la familia humana. Una de las lecciones que hoy debe aprender la humanidad (preludio de la nueva era) es saber que muy pocas cosas materiales son realmente necesarias para la vida y felicidad. La lección no ha sido todavía aprendida. Sin embargo, constituye esencialmente uno de los valores que surgirá de este período de espantosas privaciones por las que están pasando diariamente los hombres. La verdadera tragedia reside en el hecho de que el hemisferio occidental, especialmente los Estados Unidos, no participará de este proceso espiritual defi¬nido y vitalizador, por ser demasiado egoísta para permitirlo.

Por lo tanto, podrán ver que la iniciación no es un proceso ceremonial, o un premio acordado a un aspirante sobresaliente; tampoco una penetración en los Misterios los misterios de la Masonería son todavía una presentación pictórica , sino el resultado de la vivencia experimentada en los tres niveles de percepción (físico, emocional y mental), poniendo en actividad, a través de esa vivencia, las células registradoras y memorizadoras de la sustancia cerebral que hasta ahora no fueron susceptibles a las impresiones superiores. Debido a esta expansiva zona registradora o, si se prefiere, a través del perfeccionamiento de un mecanismo registrador más refinado, o instrumento de respuesta, la mente puede convertirse en transmisor de los valores superiores y de la comprensión espiritual. Así el individuo llega a ser consciente de zonas de existencia divina y de estados de conciencia eternamente presentes, pero que el individuo es constitucionalmente incapaz de hacer contacto o registrar; tampoco la mente o su agente registrador, el cerebro, fueron capaces de hacerlo desde el ángulo de su desarrollo evolutivo.
(8 – 106 / 111)

Las Tres Constelaciones Simbólicas

Hay una constelación inmensa llamada Hidra, la serpiente, asociada con el signo Leo. Nosotros encontramos también a Cráter, la copa, y Corvus, el cuervo. Las tres sintetizan en su significado el problema del hombre que está buscando la iniciación. Ellas le describen distinta y claramente el trabajo que tiene que hacer. A medida que Leo, el rey, el alma, empieza su trabajo, él comprende que tiene que beber la copa del sufrimiento y de la experiencia, que tiene que vencer la serpiente de la ilusión y el pájaro de presa para eliminar a Hidra, la serpiente; que en las antiguas pinturas está representada como una serpiente hembra. Abarca más de cien grados y está situada debajo de las tres constelaciones, Cáncer, Leo y Virgo.

En Escorpio, esta serpiente de la materia o de la ilusión, con la cual el alma se ha identificado por tanto tiempo, es finalmente vencida. Tiene sesenta estrellas, y de nuevo hacemos contacto con un número significativo, pues seis es el número de la mente o del trabajo creativo de la Mente universal, y de los seis días de la creación. En el sexto signo, Virgo, tenemos completada la forma. Se nos dice en el Libro de las Revelaciones que la marca de la Bestia es 666, e Hidra, la serpiente, se extiende debajo de las tres constelaciones y su número 6 es, por lo tanto, tres veces potente. Diez es el número de la consumación. El seis expresa, por consiguiente, las limitaciones de la naturaleza corporal trabajando a través de la forma y la utilización de la personalidad; simboliza a Dios en la naturaleza, ya sea cósmica o individualmente. Hidra, la serpiente, representa el aspecto materia, porque vela y oculta el alma.

El Cráter, o la copa, tiene trece estrellas de mediana magnitud y cerca de noventa estrellas pequeñas, aunque algunos libros de astronomía dicen tres estrellas brillantes y noventa pequeñas. Por lo tanto, tenemos nuevamente el número de la materia, o de la toma de forma, y el número de lo que es llamado “apostasía", y de "el volver la espalda” como lo hizo Judas Iscariote, al alma o al aspecto Cristo. Esta copa forma realmente parte del cuerpo de la Hidra, pues las estrellas del pie de la copa forman parte del cuerpo de la Serpiente y ambas constelaciones las reclaman. Es la copa que todo ser humano tiene que beber, llena de lo que él ha destilado de su experiencia en la materia. Es la copa de la obligación en algunos de los antiguos rituales masónicos, y simboliza el beber lo que nosotros mismos hemos preparado. También, la misma verdad puede ser expresada en las palabras de la Biblia cristiana, “Según un hombre siembre, así cosechará".
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Quienes desencarnan después de la quinta iniciación, o quienes no llegan a ser Maestros en encarnación física, reciben sus siguientes iniciaciones en otra parte del sistema. Todos están, en la Conciencia del Logos. Se ha de tener en cuenta una gran realidad, que las iniciaciones del planeta o las del sistema solar, sólo son preparatorias para ser admitido en la Gran Logia de Sirio. Este simbolismo ha sido bien conservado en la masonería y combinando el método masónico con lo dicho respecto a los pasos en el Sendero de Santidad, obtendremos un cuadro aproximado. Ampliemos su significado:

Las primeras cuatro iniciaciones del sistema solar corresponden a las cuatro "Iniciaciones en el Umbral", previamente a la primera iniciación cósmica. La quinta iniciación corresponde a la primera iniciación cósmica, la de "aprendiz aceptado" en la masonería, que hace de un Maestro, un "aprendiz aceptado" en la Logia de Sirio. La sexta iniciación es análoga al grado segundo de la masonería, mientras que la séptima hace del adepto un Maestro Masón de la Hermandad de Sirio.
Maestro, por lo tanto, es quien ha recibido la séptima iniciación planetaria, la quinta iniciación solar y la primera iniciación cósmica o de Sirio.
(1 – 29)


Al estudiar esas cinco iniciaciones en el Evangelio, encontramos que dos de ellas tienen lugar en una caverna, dos en la cima de una montaña y una en el llano, entre las profundidades y las alturas. La primera y la última de las iniciaciones (el Nacimiento a la vida y la Resurrección a la "vida más abundante" tuvo lugar en una caverna. La Trasfiguración y la Crucifixión se efectuaron en la cima de una montaña o colina, mientras que la segunda iniciación, después de la cual Cristo comenzó su ministerio público, ocurrió en un río, en las llanuras del Jordán, tal vez simbolizando la misión de Cristo de vivir y trabajar entre los hombres. La frase masónica, "encontrarse en el llano", tiene ahora nuevo significado. Después de cada experiencia en la montaña, Cristo bajaba otra vez al llano de la vida cotidiana y allí manifestaba los efectos o resultados de ese gran acontecimiento.

Mitra nació en una cueva, como muchos otros. Cristo nació en una cueva y entró, como lo hicieron todos Sus antecesores, en la vida de servicio y sacrificio, capacitándose así para la tarea de Salvador del mundo.

Los Salvadores trajeron luz y revelación al género humano y fueron sacrificados, en la mayoría de los casos, por el odio de quienes no comprendieron su mensaje u objetaron sus métodos. Todos ellos "descendieron a los infiernos y al tercer día resucitaron". Hay veinte o treinta relatos similares difundidos al correr de los siglos en la historia de la humanidad, y estos relatos y las misiones descritas son siempre idénticos.
(22 - 66 / 67)

El Escalamiento de la Montaña

Capricornio cuanta la historia del escalamiento de la montaña y del descenso al infierno. Hay tres grandes ascensiones de cada alma. La masonería, a través de las edades, ha sido un custodio de esta tradición. Primero se produce la elevación de la materia al cielo. Encontramos eso en Virgo, luego, la elevación de la naturaleza psíquica desde abajo del diafragma. Tú no eres más, emocional y centrado, en ti mismo, viviendo en el plexo solar, sino que estás enfocado en el corazón y eres consciente del grupo; tus sentimientos y deseos están relacionados con el grupo.

No vives más en la naturaleza animal, interesado en la creación en el plano físico, sino que te vuelves una criatura espiritual trabajando con materia mental. No estás más limitado por la forma, sino que tienes que tratar con la forma que se ha elevado a la conciencia de la cabeza, y desde la cabeza controlar la garganta, el corazón, el plexo solar y cada parte de tu cuerpo.

Haces esto no centrándote en ellas, no pensando sobre ellas, sino viviendo como un hijo consciente de Dios sentado en "el trono entre las cejas”, el centro ajna (o glándula pituitaria) como lo llaman los hindúes. Esa es la segunda gran ascensión.

La ascención final es la que marca la emancipación del iniciado de un grado muy alto, que se vuelve conscientemente un salvador del mundo. Pero es en la segunda iniciación, la elevación de la naturaleza psíquica inferior, en la que tenemos que trabajar para que cada deseo, cada disposición de ánimo y cada emoción, sea elevada al "cielo".
(25 - 155 / 156)

Capítulo II - En Busca de la Palabra Perdida

Capítulo II

En Busca de la Palabra Perdida


La réplica de Cristo debe considerarse también en forma tri­ple. Él dice “escrito está”, y los irreflexivos y de mente estrecha lo consideran como una aprobación a la inspiración verbal de las Escrituras. Pero, sin duda, Cristo no se refería sólo a las antiguas declaraciones de las Escrituras judaicas, por bellas que fuesen. Las posibilidades de error son demasiado grandes para justificar nuestra incuestionable aceptación de toda palabra, en cualesquie­ra de las escrituras del mundo. Cuando se analizan los procesos de la traducción esto se evidencia con absoluta claridad. Cristo quiso significar algo mucho más profundo que “la Biblia lo dice”. Quiso decir que la signatura de Dios estaba en Él, que Él era el Verbo y que ese Verbo era la expresión de la verdad. Es el Verbo del alma (el influjo de la divinidad) lo que determina nuestra actitud en la tentación y nuestra respuesta al problema presen­tado por el demonio. Si esa Palabra distante, profundamente ocul­ta por el velo de la forma, sólo se escuchara en sonidos distorsio­nados, el Verbo no seria suficientemente potente para resistir al demonio. La palabra está escrita en la carne, por muy desfigu­rada y casi invisible que pueda estar, a causa de la actividad  de la naturaleza inferior; es pronunciada en la mente, trayéndole iluminación y percepción interna, aunque todavía la visión esté dis­torsionada y la luz sea poco perceptible. Pero la Palabra está allí. Algún día, cada uno de nosotros podrá decir poderosamente “es­crito está”, y veremos la Palabra expresada en todas partes de nuestra naturaleza humana como individuos y, en una fecha aún distante, en la humanidad misma. Ésta es la “Palabra perdida” de la tradición masónica.
(22 – 124)


c. Los problemas vinculados con el sistema respiratorio están relacionados con el corazón y por lo tanto con el establecimiento del ritmo y contacto correctos con el medio ambiente. Inhalar el aliento de la vida y compartir el aire con los demás seres humanos, significa un centro individual de vida y la participación también en la vida general de todos. A estos problemas de la existen­cia individual o separada y de su opuesto, está íntimamente rela­cionada la Palabra Sagrada u el OM. Podría expresarse  con las palabras de un manual ocultista sobre oraciones, dado a los discí­pulos avanzados:

“Quien vive regido por el sonido AUM se conoce a sí mismo.
Quien vive entonando el OM conoce a su hermano. Quien conoce el SONIDO, conoce todo”.

Luego, en el lenguaje críptico y simbólico del iniciado, el manual continúa:

“El aliento de vida se convierte en la causa de la muerte para quien vive dentro de un cascarón. Existe, pero no es; el aliento entonces se retira y asciende en espiral hacia el todo”.

“Quien exhala el OM no sólo se conoce a si mismo. Sabe que el aliento es prana, vida y fluido vinculador. Los males de la vida son suyos, porque constituyen el sino del hombre, no generado en un cascarón porque el cascarón no existe.”

“Quien es el SONIDO y lo emite, no conoce enfermedad ni tam­poco la mano de la muerte”.

En estas pocas palabras se resume todo el problema que corres­ponde al tercer grupo de problemas y enfermedades, los cuales están relacionados con la circulación de la energía del alma, la energía del amor, y nada tienen que ver con la circulación de la esencia de la vida. Estas dos energías básicas, a medida que actúan sobre las fuerzas de la personalidad, acarrean la totalidad de los problemas heredados por la humanidad. Producidos por la falta de amor, de vida, y por no emitir ni trasmitir correctamente la nota del alma y del rayo. El secreto para la construcción de un canal puro (empleando una fraseología mística, pero no ocultista) está considerado en el primer grupo de problemas, y el establecimiento de correctas relaciones por la correcta enunciación de la nota atractiva del alma, está considerado en los dos últimos grupos.

 Este tercer grupo de dificultades, problemas y enfermedades, corresponde lógicamente a esas personas que pertenecen a todos los rayos, pero las de primer rayo tienen una marcada predisposición a estas perturbaciones específicas. Al mismo tiempo, cuan­do emplean correctamente sus poderes latentes, pueden superar, por el correcto empleo del OM y finalmente del SONIDO, los pro­blemas incidentales y las dificultades, mucho más fácilmente que las de otros rayos. Aquí se refiere a la Palabra Perdida de la Masonería y al SONIDO del Nombre Inefable.

Los sonidos AUM y OM y el SONIDO mismo, están relacionados con la vibración y sus diferentes y variados efectos. El secreto de la Ley de Vibración se está revelando progresivamente a me­dida que las personas aprenden a emitir la PALABRA en sus tres aspectos. Los estudiantes harían bien en reflexionar sobre la dife­rencia que existe entre el aliento y el sonido, entre el proceso de la respiración y el proceso de creación de la actividad vibratoria. Están relacionados, pero son diferentes. Uno se relaciona con el Tiempo, el otro con el espacio, y (como lo expone El Antiguo Co­mentario) “el sonido, sonido final aunque iniciador, concierne a aquello que no es ni Tiempo ni Espacio; está más allá del Todo manifestado, Fuente de todo lo que es y sin embargo es nada” (o ninguna cosa. A.A.B.)
(17 - 104 /105)


La palabra de Ishvara es AUM (u OM). Ésta es el Pranava (Véase Libro I, Af. l).

Los estudiantes deben recordar que existen tres Palabras o sonidos básicos, en manifestación, en lo que concierne al reino humano, y son:

I. La Palabra o nota de la Naturaleza, es la palabra o sonido de todas las formas que existen en la sustancia del plano físico, que comúnmente, como se sabe, lo emite la nota básica "FA" El ocultista blanco nada tiene que ver con esta nota, porque su trabajo no consiste en acrecentar lo tangible, sino en manifestar lo subjetivo o intangible. Es la palabra del tercer aspecto; el aspecto Brahma o Espíritu Santo.

II. La Palabra Sagrada, es la palabra de Gloria, Aum. Es el Pranava, el sonido de la Vida consciente misma, cuando es exhalada a todas las formas. Es la palabra del segundo aspecto, y así como la Palabra de la Naturaleza, al ser emitida correctamente, provee las formas destinadas a revelar el alma o segundo aspecto, también Pranava, cuando se expresa correctamente, pone de manifiesto al Padre o Espíritu, por medio del alma. Es la Palabra de los Hijos de Dios encarnados. En un comentario tan breve como éste, no es posible escribir un tratado sobre este secreto de secretos y gran misterio de las edades. Lo único que puede hacerse es cotejar ciertos hechos, respecto al AUM, y dejar que el estudiante, de acuerdo al grado de intuición, amplíe el concepto y capte el
significado del  de las breves afirmaciones hechas.
III. La Palabra Perdida. La Masonería ha preservado el concepto de esta palabra perdida. Es la Palabra del primer aspecto, el aspecto Espíritu; sólo el iniciado de tercer grado puede realmente comenzar la búsqueda de esta Palabra, pues sólo puede encontrarla el alma libre. Esta Palabra está vinculada a las iniciaciones superiores, por lo cual no tiene objeto que la consideremos más extensamente aquí.
                                                                                                                              (23 – 48)

Ahora nos abocaremos al estudio de un tema que siempre resulta excesivamente difícil para los estudiantes: La naturaleza de la PALABRA, del A,U.M., y sus posteriores derivaciones, el O.M. y el Sonido. Existe mucha confusión respecto a su significación y a la necesidad de su empleo. La etapa de su reconocimiento, por la cual estamos pasando ahora, es puramente exotérica, a fin de acostumbrar al público a la realidad de su existencia, y se lleva a cabo de tres maneras:

1.  Por el constante empleo de la palabra "Amén" en todas las iglesias cristianas, tergiversación occidental del A.U.M. El A.U.M. constituye aquí el aspecto inferior del Sonido originador.

2.  Por el énfasis que ha puesto la Masonería sobre la Palabra Perdida, atrayendo así sutilmente la atención de la humanidad hacia el O.M., el Sonido del segundo aspecto, el alma.

3.  Por el creciente énfasis puesto, por los numerosos grupos esotéricos de todo el mundo, en el empleo del O.M. y su frecuente uso hecho públicamente por estos grupos y por quienes practican la meditación.

El acercamiento más sensato corresponde a la tradición masónica, porque encara principalmente el mundo de significados y una de las fases de la enseñanza esotérica. El empleo del Amén en el ritual de la iglesia cristiana, caerá en desuso con el tiempo, pues básicamente constituye una afirmación materialista, siendo por lo general considerada por los feligreses como sello de divina aprobación, adjudicado por el Todopoderoso a sus demandas de protección o de satisfacción a sus necesidades físicas; por lo tanto, todo ello está relacionado con la vida de deseos, la aspiración al dualismo y a la demanda. Involucra las actitudes de dador y de receptor.


El A.U.M. y el Amén son ambos una expresión del sonido mediante el principio de la sustancia activa inteligente de la manifestación divina, el tercer aspecto, y han servido a la necesidad humana durante la fase material y el desarrollo de la forma. También me refiero aquí al desarrollo de la mente o del cuerpo mental. La entera personalidad, cuando se ha perfeccionado y está regida por el alma, se convierte en el "Verbo hecho carne".

El conjunto de aspirantes y discípulos está hoy aprendiendo el significado del O.M., que no es el Verbo hecho carne, sino el Verbo liberado de la forma expresándose como alma-espíritu y no como cuerpo-alma-espíritu. Por lo tanto, podría decirse que:

1. El A.U.M. (observen que separo cada aspecto de este triple sonido) hace descender al plano físico el aspecto alma-espíritu, y lo arraiga allí la fuerza de su saliente vibración. Emplearé un símbolo para aclarar lo que quiero significar. Diré que es análogo "a un fuerte viento que sujeta a un hombre contra una pared, imposibilitándole toda libertad de movimiento". Vivifica la forma; intensifica el aferramiento de la materia sobre el alma; construye una prisión alrededor del alma -la prisión de los sentidos. Es el "sonido del encantamiento", fuente del espejismo y de maya; energía altamente engañosa y alucinadora, nota del arco involutivo. Oculta el secreto del mal o materia, del empleo de la forma, primeramente como prisión, luego como campo de entrenamiento y de experiencia y, finalmente, como expresión de la manifestación de un Hijo de Dios.

2. El O.M. correctamente pronunciado libera al alma del espejismo y del -encantamiento. Es el sonido de la liberación, la gran nota de la resurrección y de la ascensión de la humanidad al Lugar Secreto del Altísimo, cuando todas las demás Palabras y sonidos han fracasado. Es un sonido dual, no triple como el A.U.M.; significa la relación entre espíritu y alma y entre vida y conciencia. Esta Palabra perdida, simbolizando lo que se ha perdido en los tres mundos (ejemplificado por los grados de la Logia Azul de la Masonería), debe ser recuperada, y está hoy en proceso de ser descubierta. Los místicos la han buscado; los masones han preservado la tradición de su existencia; los discípulos e iniciados del mundo deben demostrar que la poseen.

3. El SONIDO es la única expresión del Nombre Inefable, el apelativo secreto de Aquel en quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, a Quien conoce la Gran Logia Blanca por dicho nombre. Recuerden siempre que nombre y forma son términos sinónimos de la enseñanza esotérica y ambas palabras contienen el secreto de la manifestación. La meta del iniciado consiste en identificarse con todas las formas de la vida divina a fin de poder considerarse a sí mismo como parte integrante de ese Todo y sintonizarse con todos los estados de percepción divina conociendo por sí mismo (no sólo teóricamente) que éstos también constituyen sus propios estados de percepción. Entonces puede penetrar en el divino arcano del conocimiento, participar de la divina omnipresencia, expresar -a voluntad- la divina omnisciencia y prepararse para manifestar con plenitud de conciencia la divina omnipotencia.

Empleo palabras que resultan fútiles para impartir el subyacente significado de la Palabra. La comprensión sólo puede llegar cuando el hombre vive la Palabra, oyendo su inaudible Sonido y  exhalándolo hacia los demás en un aliento vital dador de vida.

Las masas oyen el sonido del A.U.M., y la clase elevada está descubriendo que ese A.U.M. es la expresión de algo del cual tra­ta de liberarse. Los aspirantes y discípulos del mundo oyen el O.M., y en sus vidas personales el A.U.M. y el O.M. están en conflicto. Quizás esto representa una nueva idea, pero imparte el concepto de un hecho eterno. Tal vez les ayude a comprender esta fase si puntualizo que, para el primer grupo, el O.M. puede ser representado con el signo M, que expresa la naturaleza material, mientras que el segundo grupo puede ser representado por el símbolo M, expresando el alma envuelta en la materia. Observarán por lo tanto, que la enseñanza conduce al hombre progresivamente hacia adelante y la ciencia esotérica pone al hombre en contacto con grandes contradicciones mentales y paradojas divinas Durante eones se han perdido la Palabra del alma y el Sonido de la realidad espiritual. Hoy la Palabra del alma se está descubriendo nuevamente, y con ese descubrimiento el pequeño yo se va perdiendo en la gloria y el fulgor del yo divino.
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El séptimo Rayo de Orden Ceremonial o Magia, personifica una curiosa cualidad, característica sobresaliente de la Vida especial que anima este rayo. La cualidad o principio, constituye el factor coordinador que unifica la cualidad interna con la forma, o la apariencia tangible externa. Este trabajo se desarrolla principalmente en los niveles etéricos e incluye energía física. Tal el verdadero trabajo mágico. Quisiera indicar que cuando el cuarto y el séptimo rayos vengan juntos a la encarnación, tendremos un período muy peculiar de revelación y portador de luz. Se ha dicho que en ese período "el Templo del Señor adquirirá más gloria y los Constructores se regocijarán". Espiritualmente comprendido, éste será el momento culminante del trabajo masónico. La Palabra Perdida será recuperada y expresada para que todos la escuchen, y el Maestro se levantará y caminará entre sus constructores en la plena luz de la gloria que brilla desde Oriente.

La espiritualización de las formas puede considerarse como el trabajo principal del séptimo rayo, y este principio de fusión, coordinación y unión, está activo en los niveles etéricos cada vez que un alma encarna y nace un niño en la Tierra.
(14 – 64)

También existen siete Leyes menores que producen el desarrollo evolutivo del hombre como persona y del hombre como alma. Dichas leyes son:

La Ley de Vibración, la ley atómica del sistema solar.

La Ley de Cohesión, un aspecto de la Ley de Atracción.

La ley de Desintegración.

La Ley del Control Magnético, que rige el control de la per­sonalidad por la naturaleza espiritual a través de la natura­leza del alma.

La Ley de Fijación, por la cual la mente controla y estabiliza.

La Ley del Amor, por la cual se trasmuta la naturaleza infe­rior de deseos.

La Ley del Sacrificio y de la Muerte. (Extraído del Tratado sobre Fuego Cósmico, págs. 466-67).

Estas siete leyes se relacionan con el aspecto forma de la vida. A las diez leyes se deben agregar las siete leyes del alma que estamos considerando, las cuales comienzan a actuar sobre el hombre y producen un desarrollo espiritual más rápido después que ha sido sometido a la disciplina del Sendero de Probación o Sendero de Purificación. Entonces está preparado para hollar las etapas finales del Sendero.

Estas siete leyes constituyen la base de la verdadera com­prensión sicológica; cuando su influencia sea mejor comprendida, el hombre llegará al verdadero conocimiento de sí mismo. Enton­ces estará preparado para la cuarta iniciación que lo liberará de la necesidad de renacer. Ésta es la verdad que subyace en la enseñanza masónica impartida en el simbolismo de los primeros dieciocho grados. Pueden ser divididos en cuatro grupos de gra­dos: Aprendiz Aceptado, Compañero o Artesano (al cual sigue el grado de la “Marca”). Maestro Mason (al cual sigue la S . A. R. o H. R . A.) y los grados agrupados del cuatro al diecisiete en el Rito Escocés. Estos diecisiete grados preparan al hombre para el cuarto grado o fundamental, aprobado por el Maestro Masón. Puede recibirse, únicamente, cuando el Maestro posee la Palabra Perdida. Ha resucitado de entre los muertos; ha sido admitido, aprobado y ascendido, y ahora puede ser perfeccionado, lo cual encierra un gran misterio. Los diecisiete grados que llevan a dar el primer gran paso (que dio el Maestro resucitado) están subje­tivamente relacionados con las diecisiete leyes mencionadas. Existe un paralelismo digno de observarse entre:

Las dieciocho leyes:

Las tres leyes mayores del universo.

Las siete leyes menores del sistema solar.

Las siete leyes fundamentales del alma,
además de lo que podríamos denominar la gran ley de la Deidad Misma, la ley del propósito sintético de Dios.

Los dieciocho subplanos a través de los cuales el hombre abre su camino:

Los siete subplanos físicos.

Los siete subplanos astrales o los del deseo emocional.

Los cuatro subplanos mentales inferiores.

Los dieciocho grados de la masonería, desde el de Aprendiz Aceptado hasta el de iniciado perfecto del capítulo Rosacruz.

Los dieciocho centros de fuerza con los cuales tiene que tra­bajar el hombre espiritual:

Los siete centros en el cuerpo etérico.

Los siete centros en el cuerpo astral.

Las tres hileras de pétalos del loto egoico.

La “Joya en el Loto”, en el corazón de la “flor del alma”, que es el décimo octavo centro.

Comprender estas relaciones simbólicas ayudará mucho a aclarar cómo actúa el alma en un cuerpo, y constituirá la base del verda­dero estudio de la sicología esotérica.
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Quiero puntualizar aquí que no daré determinada palabra, pues sería inútil. El O.M. no tiene ninguna utilidad para la mayoría de las personas, aunque como estudiantes entrenados puedan beneficiarse con su empleo. Esta inutilidad general se debe a que la gente no la emplea correctamente y cuando lo hace, no mantiene firmemente su significación en la conciencia. Lo mismo sucede con una Palabra de Poder. De qué serviría dar la Palabra de Poder de primer rayo que (transcrita en forma simbólica) se asemeja a UKRTA-PKLTI. Ciertos sonidos de esta palabra‑forma han sido omitidos porque no hay manera de describirlos, pues no son vocales ni consonantes. Correctamente emitida la palabra mencionada, constituyen tres palabras. Pero puedo dar en lo posible, el significado equivalente en castellano y quisiera que lo tengan presente al pronunciar mentalmente el sonido o la Palabra de Poder, tratando de visualizarla para realizar el milagro esotérico de construir el puente.

Por lo tanto, el discípulo de primer rayo tendrá que satisfacer los requisitos lo mejor que pueda y seguir las cuatro etapas de la técnica de proyección, como se da en la página 419. Cuando ha seguido fielmente la rutina delineada, la fusión de la personalidad con el alma debe ser conscientemente emprendida y hasta cierto punto realizada, entonces estos factores fusionados deben mantenerse firmes en la luz triadal. Así se produce otro punto de enfocada intención, dando como resultado una nueva y más dinámica tensión. En el completo silencio resultante se lleva a cabo el acto de proyectar el antakarana, efectuándose por el impulso de una Palabra de Poder. El simbolismo vinculado a ello reside en el empleo que hace la masonería de las palabras "Así sea", pronunciadas con la mano derecha extendida, significando la voluntad personificada por la Logia, que en sí mismo es un símbolo de la Voluntad y el Propósito del Altísimo.
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