martes, 22 de febrero de 2011

Capítulo V - La Noche de los Tiempos

Capítulo V

La Noche de los Tiempos


La dualidad que es enfatizada en Géminis se presenta en gran cantidad de historias mitológicas. Nos encontramos de nuevo a los mismos hermanos en Rómulo y Remo, por ejemplo, y en Caín y Abel, un hermano muriendo y el otro viviendo. Encontramos el símbolo astrológico para Géminis en los dos pilares de la masonería, y muchos creen que la tradición masónica podría, si tuviéramos el poder de hacerlo, ser rastreada hasta ese período, anterior a la era de Tauro, cuando el sol estaba en Géminis, y hasta ese gran ciclo en el cual la raza lemuriana, la primera raza estrictamente humana, empezó a existir; cuando el aspecto mente empezó a emerger, y la dualidad de la humanidad se volvió un hecho en la naturaleza.

La raza lemuriana fue la tercera raza; y este trabajo que Hércules simbólicamente emprendió, es el tercer trabajo. La búsqueda en la cual estaba comprometido era la del alma, y ésta ha sido siempre la búsqueda no reconocida del ser humano, hasta que llega el tiempo en que él se reconoce como Hércules, y empieza a encontrarse en la búsqueda de las manzanas de oro del conocimiento y la sabiduría. Así tenemos en la tradición masónica la búsqueda de la familia humana representada, la búsqueda de la luz, la búsqueda de la unidad, la búsqueda de la divinidad. Y de esta manera los dos pilares, Boaz y Jachim, permanecen como los emblemas de esa dualidad.
(25 – 62)


Estos antiguos misterios fueron originalmente dados a la humanidad por la Jerarquía y, a su vez, recibidos por la Jerarquía de la Gran Logia Blanca de Sirio. Contienen la clave del proceso evolutivo, oculta en números y palabras; velan el secreto del origen y destino del hombre, representando, por medio del rito y del ritual, el largo y largo sendero que debe recorrer. Proporcionan también, cuando están correctamente interpretados y debidamente presentados, la enseñanza que necesita la humanidad para progresar de la oscuridad a la Luz, de lo irreal a lo Real y de la muerte a la Inmortalidad. Cualquier verdadero masón que comprenda, aunque sólo sea en mínimo grado, las implicaciones de aquello en lo cual participa, reconocerá que estas antiguas plegarias orientales contienen la clave para los tres grados de la Logia Azul. Menciono aquí el propósito masónico porque se relaciona estrechamente con el restablecimiento de los Misterios y se ha conservado la clave -en el transcurso de las edades- para el restablecimiento, largamente esperado, de los cimientos sobre los cuales podrá erigirse la enseñanza restaurada y la estructura que exprese, por medio del poderoso ritual y los detallados ritos organizados, la historia del progreso del hombre en el sendero de retorno.

Los Misterios serán también restablecidos de otra manera, pues contienen mucho más de lo que los Ritos Masónicos pueden revelar, o los rituales y las ceremonias religiosas exponer; encierran en sus enseñanzas y fórmulas la clave para la ciencia que abrirá el misterio de la electricidad -misterio del cual habló H.P.B.-; aunque la ciencia haya hecho mucho progreso a lo largo de esta línea, es aún de naturaleza embrionaria y sólo cuando la Jerarquía esté presente visiblemente en la Tierra, y los Misterios, cuyos custodios son los Maestros, sean dados abiertamente al hombre, se revelará el verdadero secreto y naturaleza de los fenómenos eléctricos.

En realidad, los Misterios son la verdadera fuente de la revelación, y sólo cuando la mente y la voluntad al bien estén estrechamente fusionadas y condicionen la conducta humana, así, en es medida, se podrá captar la futura revelación, pues sólo entonces podrán confiarse tales secretos a la humanidad. Conciernen a esas facultades que permiten a los Miembros de la Jerarquía trabajar conscientemente con las energías del planeta y del sistema solar y controlar las fuerzas, dentro del planeta, que pondrán en su lugar a los poderes síquicos comunes (hoy tan estúpidamente encarados y tan poco comprendidos) y guiarán al hombre para ser utilizados útilmente.

Los Misterios restablecerán el color y la música para el mundo, tal como esencialmente son, y lo harán de tal manera que el arte creador actual será para este nuevo arte creador lo que los pequeños bloques de madera con que juega el niño, son para una gran catedral como la de Durham o Milán. Cuando sean restablecidos los Misterios, harán realidad -en forma incomprensible ahora para ustedes- la naturaleza de la religión, el propósito de la ciencia y la meta de la educación, los cuales no son lo que creen ustedes hoy.

El terreno ya está siendo preparado para esta gran restauración. Las Iglesias y la Masonería se hallan en el banquillo de los acusados, ante la mente crítica de la humanidad, y el mensaje ha surgido de la mente masiva, como que ambas han fracasado en sus tareas divinamente asignadas. Se comprende en todas partes que la nueva vida debe afluir y que grandes cambios deben efectuarse en el conocimiento y el entrenamiento de quienes trabajan a través de estos dos medios de difusión de la verdad. Dichos cambios no han sido aún realizados, pues es necesario una nueva visión y un nuevo acercamiento a la experiencia de la vida, y sólo la generación venidera es capaz de proporcionarlo; sólo ella podrá realizar las alteraciones y revitalización necesarias, y eso puede ser hecho y se hará:

"Aquello que es un misterio ya no lo será y lo que ha permanecido velado será ahora develado; aquello que ha sido abstraído emergerá a la luz y todos los hombres lo verán y juntos se regocijarán. Llegará el momento en que la desolación habrá realizado su trabajo benéfico, cuando todas las cosas hayan sido destruidas, y los hombres, por medio del sufrimiento, hayan tratado de ser impresionados por aquello que desecharon en el vano perseguimiento de lo que tenían a mano y era fácil de alcanzar. Una vez poseído, demostró ser agente de la muerte -sin embargo los hombres buscaban la vida, no la muerte".

Así reza El Antiguo Comentario cuando se refiere al ciclo actual por el que atraviesa el género humano.
(18 - 275 / 276)


La masonería, tal como fue instituida originalmente, en la remota época de la noche del tiempo y mucho antes de la dispensación judía, fue organizada bajo la influencia directa de Sirio, y en lo posible modelada sobre ciertas instituciones de Sirio, teniendo también un ligero parecido con nuestra vida jerárquica -tal como se la ve a la luz del Eterno Ahora. Su "Logia Azul", y sus tres grados, está relacionada con los tres grupos principales de Vidas de Sirio, pues allí no hay reinos de la naturaleza, tales como nosotros poseemos; estos grupos reciben a Quienes eligen el cuarto sendero y Los entrenan acerca de la existencia y el tipo de vivencia que rige en Sirio. Esto pondrá en claro que las Vidas menos desarrolladas de Sirio son -desde nuestro punto de vista- iniciados de muy alto grado. Por lo tanto, la masonería está vinculada de modo particular con el cuarto sendero. La tradición masónica ha sido conservada a través de las edades, cambiando su nomenclatura de tiempo en tiempo, reinterpretando su Palabra de Poder y, por lo tanto, alejándose cada vez más de su belleza e intención originales.

De acuerdo a la ley cíclica y en preparación para la nueva era, ha llegado el momento de que los masones, con comprensión espiritual, efectúen ciertos cambios. La actual coloración judía de la Masonería está completamente fuera de moda y se mantuvo demasiado tiempo, pues actualmente es tanto judía como cristiana, y no debería ser ni una ni otra. Los grados de la Logia Azul son enteramente judíos en sus frases y palabras y deberían ser cambiados. Los grados superiores son predominantemente cristianos, aunque compenetrados de nombres y palabras judías. Esto también debe terminar. El matiz judío es actualmente uno de los mayores obstáculos para la plena expresión de la intención masónica y debe ser alterado, aunque preservando intactos los hechos, detalles y estructura, del simbolismo masónico. Cualquiera sea la forma que tome la nueva nomenclatura (y este cambio vendrá inevitablemente), también desaparecerá después de haber prestado el debido servicio. De esta manera proseguirá la transformación cíclica, hasta el momento en que la masa humana, que está en el cuarto Sendero, pase a Sirio por medio del proceso iniciático, de lo cual nuestro grado E... A... es un débil reflejo
(18 - 345 / 346)


La Osa Menor es famosa porque la estrella más brillante en ella es la estrella polar, la estrella del norte. En el simbolismo de estas dos constela­ciones hemos tenido ante nosotros el pensamiento de la masa o del grupo, que es la influencia significativa del trabajo hecho en el signo de Cáncer, y en el simbolismo de la estrella del norte tenemos el pensamiento de una estrella guía, una atracción magnética que guía al peregrino de vuelta al hogar. Muchos esoteristas sostienen la creencia que la familia humana, el cuarto reino en la naturaleza, vino a la existencia gradualmente durante los dos mil años, aproximadamente, cuando nuestro sol estaba en Cáncer.

El pensamiento de una masa de animales, de límites determinados dentro de los cuales estas ovejas o animales estaban confinados, y el pensamiento de un centro magnético de atracción, están simbólicamente pintados para noso­tros también en la tradición masónica. En el planisferio egipcio de Kircher, Argos está representado por dos galeras (así como nosotros tenemos dos rediles), cuyas proas están coronadas por cabezas de carneros, y la popa, de una de ellas, termina en una cola de pez. Adviértase, por lo tanto, como aquí hemos sostenido gráficamente frente a nosotros, la consumación en Capri­cornio, donde la cabra trepa la cima de la montaña. Tenemos también la descripción gráfica de ese ciclo mayor que incluye el progreso del alma desde Cáncer hasta Capricornio, pero que comienza en Aries, el carnero, y termina en Piscis, los peces. Un concienzudo análisis del simbolismo de los signos zodiacales, profundiza en uno la fuerte convicción de la eterna representación de la verdad, y el constante mantenerse ante nuestros ojos, la historia de la evolución de la materia dentro de la forma, del conocimiento, del espíritu y de la vida.     (25 – 83)


Cuando la humanidad despierte al hecho de su origen común y se reconozcan las tres principales estirpes en nuestra civilización moderna, entonces desaparecerá el antiguo odio hacia el judío, quien se fusionará y mezclará con el resto del género humano. Hasta las razas orientales, que son remanentes de la gran civilización atlante, tienen vestigios de uniones entre ascendientes de judíos modernos y otros tipos raciales, pero no se han mezclado bien, por eso han logrado mantener mejor sus características que los grupos occidentales.

Si se reflexiona sobre esto y se estudia detenidamente la tradición masónica, muchas cosas se aclararán en la mente. Los etnólogos podrán disentir, pero no podrán probar lo contrario de lo que he dicho, porque los orígenes de la actual situación racial mundial se remonta tan lejanamente en la historia de la humanidad que ni siquiera pueden probar sus propias convicciones. Sólo pueden basarse en la historia de los últimos cien mil años, trabajar con los efectos de ese pasado y no con las causas originantes.
(14 – 313)


Dentro del rayo del poder y de la vida, la expresión del cuarto reino de la naturaleza, el humano, existía una analogía de esa independencia y separación que caracterizó a los grupos principales. En los postreros tiempos lemurianos, un grupo de hombres altamente desarrollados, desde el punto de vista de esa época, que se contaban entre los que entonces eran discípulos mundiales, discreparon con la Jerarquía planetaria y se - separaron de la "ley de los iniciados". Fue una época en que la enseñanza ponía de relieve la parte material de la vida y el enfoque de la atención se centraba sobre la naturaleza física y su control. El Antiguo Comentario define lo sucedido con las siguientes palabras, y a medida que se lea la mesurada cadencia de esa antigua escritura, sería de valor comprender que las frases se refieren a ese grupo de discípulos que fueron los primitivos fundadores de la actual raza judía:

"La ley se proclamó en el grupo interno que guiaba los destinos de los hombres: Desapéguense. Retengan en sí el poder de aferrar, adquirir y recibir. Los hijos de Dios que se entrenan para dejar el mundo de los hombres y entrar en la luz, siempre viajan libremente. No se aferran a lo que poseen. Libérense y penetren por los portales de la paz.
"Algunos hijos de Dios, cargados con los tesoros de la tierra, esperaban afuera de los pórticos, preparados para entrar cuando fuera pronunciada la palabra que abriría de par en par las puertas. Traían sus dádivas como ofrendas para el Señor de la vida, el Cual no las necesitaba. Querían atravesar esos portales, no con fines egoístas, sino para presentarle los tesoros recogidos en el mundo y así demostrar su amor.
"Nuevamente se pronunció la palabra: Abandonen todo y traspongan el portal sin llevar nada de la tierra. Esperaron y discutieron. El resto de los que estaban preparados entraron en la luz y pasaron entre los pilares del portal; abandonaron las cargas que habían traído, entraron libres y fueron aceptados sin llevar nada.
"Debido a que viajaban como grupo, progresaban y adquirían cosas grupalmente, respondieron al mandato divino y se detuvieron. Allí esperaron, permaneciendo ante el portal del Sendero, aferrados a los tesoros acumulados durante miles de ciclos. Nada querían abandonar. Habían trabajado para adquirir las riquezas que poseían. Amaban a su Dios, y a Él querían entregar la medida más plena de sus riquezas. No amaban la disciplina.
"Nuevamente se pronunció la Palabra: Abandonen todo lo que poseen y entren libres.
 “Pero tres se rebelaron contra ese mandato austero. Los demás obedecieron. Atravesaron los portales, dejando a los tres afuera. Muchos fueron elevados a alturas de bienaventuranza. Los tres quedaron afuera aferrados firmemente a sus tesoros."

En esta milenaria escritura, la más antigua del mundo, reside el secreto de la historia masónica y la muerte del Maestro por los tres que estaban más íntimamente asociados a Él en su muerte y sepultura. Los masones reconocerán a los tres a que me refiero aquí, porque fueron los fundadores de la moderna raza judía, tres discípulos avanzados que les indignaba la orden de entrar libres y sin trabas en el lugar donde se halla la luz. Trataban de retener lo que habían reunido y ponerlo al servicio de Dios. Ellos no podían reconocer que su móvil era el amor a las riquezas y el deseo de retener lo que habían ganado. La antigua tradición, como lo enseñaron los instructores del pasado, dice que...

"Volvieron sus rostros hacia los portales de la tierra. Sus amigos siguieron adelante... Ellos quedaron atrás... Los Maestros se reunieron en cónclave y decidieron cual sería el destino de quienes, habiendo llegado hasta los Portales de la Luz, amaban más las posesiones del mundo que servir a la luz. Nuevamente se pronunció la Palabra dirigida a los tres rebeldes, que esperaban fuera de los portales:
"Retengan lo que poseen y reúnan más, pero no conocerán la paz. Cosechen los frutos de la mente, busquen el poder en las grandes posesiones, pero no tendrán un lugar seguro donde habitar. Aunque son discípulos del Señor, no participarán internamente de la paz, no tendrán seguridad ni conocerán el éxito ni tendrán el poder de retener las ganancias.
"Tendrán siempre un conocimiento superficial de Aquel que vigila a todos. Tendrán siempre el impulso de reunir y amasar riquezas. Nunca tendrán tiempo para retenerla y gozarla.
"Continúen hasta que llegue el momento de permanecer nuevamente ante los Portales de la Luz, pero entonces con las manos vacías. Entren libres, aceptados por los Servidores del Señor y conocerán eternamente la paz.'"

La antigua leyenda dice que los tres partieron con pena y rebeldía, cargados con sus tesoros; así comenzó la historia del judío errante. Es significativo recordar que uno de los más grandes Hijos de Dios que ha trabajado en la tierra y ha compendiado en Sí Mismo el camino de la realización, Jesús de Nazaret, era judío. Invirtió las primitivas condiciones; absolutamente nada poseía. Fue el primero de nuestra humanidad que logró la meta; descendía directamente del mayor de los tres discípulos originales que se revelaron contra el drama del desapego. El judío personifica en sí mismo al hijo pródigo mundial. Es el símbolo del discípulo que todavía no ha aprendido la  lección del justo sentido de los valores. Ha sido la víctima de la Ley de la Luz y es incapaz de acatar esa ley. Pecó voluntariamente sabiendo cuáles serían los resultados. De allí que conoce la ley como ninguna otra raza, porque es eternamente su víctima. Ha proclamado la ley desde su ángulo negativo; la Ley de Moisés rige hoy en gran parte del mundo y, sin embargo, no logra traer a la vida la justicia y la verdadera legalidad.
(14 - 309 / 311)


En relación con las naciones y los rayos quisiera ahora exponer ciertas condiciones fundamentales que en forma parcial explican el así denominado problema judío -problema que ha existido durante siglos y que actualmente preocupa profundamente a infinidad de personas, incluyendo a los miembros de la Jerarquía planetaria. Si este problema puede ser resuelto, constituirá uno de los factores más poderosos para restablecer la comprensión y la armonía mundiales, pero no puede resolverse sin la colaboración de las personas de buena voluntad de todo el mundo. Muy poco puedo decir referente a esta cuestión, pasible de ser controlada y probada, porque la clave del problema reside en la misma noche de los tiempos, es decir, cuando el sol pertenecía a la constelación de Géminis. En esta época se erigieron dos pilares que, como todos los masones saben, son los dos grandes jalones de la masonería. A esto se debe el matiz  judío de todo trabajo masónico, aunque no es judío en el sentido que imparte hoy dicha palabra. Por lo tanto, si los hechos son tan antiguos, ¿quién puede creer que lo que digo es exacto o que mis conclusiones son correctas o erróneas? Sólo presento los hechos tales como los conozco, porque tengo acceso a los archivos más antiguos que conoce el hombre.

El rayo de la personalidad, el rayo de la forma material del pueblo judío, es el tercero. Su rayo del alma es el primer rayo. El signo astrológico que le pertenece es Capricornio, con Virgo en el ascendente. El planeta Mercurio y el signo Virgo desempeñan una parte prominente en su destino. Tales indicaciones son suficientes para proporcionar al estudiante avanzado y al astrólogo los puntos sobresalientes que arrojarán luz sobre su extraña historia. La tendencia del judío a manipular fuerzas y energías y a utilizar "cuñas" para llevar a cabo sus fines deseados, se debe a la influencia de tercer rayo. Como raza son legisladores natos, de allí proviene su tendencia a dominar y a gobernar, pues su rayo egoico es el primero y de aquí la constante aparición de la cabra en su historia, y la enseñanza sobre la madre virgen que deberá dar a luz al Mesías.
(14 - 307 /308)

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